
SAUNA DE INFRARROJOS
Màs que calor, una experiencia de bienestar pata cuerpo y mente
La sauna de infrarrojos es un tipo de sauna que utiliza luz infrarroja para calentar el cuerpo. Esta luz, emitida por lámparas de calor infrarrojo, es invisible para el ojo humano y es capaz de calentar el cuerpo directamente, sin calentar el aire alrededor. Esto significa que el aire en una sauna de infrarrojos es mucho más fresco que en una sauna tradicional lo que puede resultar más cómodo para algunos usuarios.
Las saunas de infrarrojos se han vuelto populares debido a que proporcionan muchos de los mismos beneficios para la salud que las saunas tradicionales, pero con una temperatura ambiente más baja y una sensación de calor más suave. Algunos de los beneficios reportados incluyen la reducción del dolor muscular, la mejora de la circulación sanguínea, la eliminación de toxinas del cuerpo y la reducción del estrés.
Las saunas de infrarrojos están fabricadas en paneles de madera de Cedro y madera de Roble. La temperatura de la sauna se controla mediante una aplicación.


CARACTERÍSTICAS
Este tipo de sauna utiliza radiación infrarroja para calentar el cuerpo directamente, penetrando hasta 4 cm en la piel y beneficiando músculos y órganos.
Temperatura moderada: Ideal para quienes prefieren un calor más suave, entre 40 y 50°C, a diferencia de la sauna finlandesa que supera los 80°C.
Bajo consumo energético: Requiere solo 1,5 a 3 kW, con una instalación sencilla y eficiente.
Ofrecemos saunas de exterior con sistema de infrarrojos o una combinación con la sauna tradicional, permitiendo elegir entre ambos modos.


BENEFICIOS
Las saunas de infrarrojos ofrecen múltiples beneficios para la salud y el bienestar, entre los que destacan los siguientes:
Favorece la relajación muscular: La sauna de infrarrojos permite que el calor se reparta por el cuerpo y penetre profundamente en la piel, dilatando los vasos sanguíneos, incrementado el torrente sanguíneo y facilitando la oxigenación de los tejidos. De esta forma, los músculos se relajan y mejoran su flexibilidad, aliviando posibles espasmos musculares y contracturas.
Alivia la artritis y la fibromialgia: El calor que emiten las lámparas de infrarrojos brindan alivio para las afecciones de dolor crónico como la fibromialgia y la artritis. Estudios especializados aseguran que la terapia de sauna de infrarrojos, en general, puede tener beneficios potenciales para el control del dolor y una mejor calidad de vida en personas con afecciones de dolor crónico.
Mejora la salud de la piel: El aspecto de la piel mejora, debito a la eliminación de células muertas y expulsión de toxinas a través de los poros.
Mejora el sistema inmunológico: Además de provocar la eliminación de toxinas a través de la sudoración, nuestro sistema inmunológico se verá más reforzado y resistente frente a enfermedades.
Reduce el estrés: La sauna de infrarrojos proporciona un ambiente tranquilo y en paz que ayuda a reducir el estrés y promover la relajación.
Mejora el estado de ánimo: Al igual que sucede cuando practicamos deporte, tras una sesión de sauna, nuestro organismo libera endorfinas que nos ayudan a mejorar nuestro estado de ánimo, combatir la ansiedad y alcanzar un estado de bienestar.
Reduce los niveles de presión sanguínea y fomenta la salud cardíaca: Las saunas de infrarrojos pueden ser beneficiosas para aquellas personas que presenten factores de riesgo de enfermedades de las arterias coronarias, como el colesterol alto, la presión sanguínea elevada y la diabetes.
Eliminación de toxinas: La sudoración en la sauna ayuda a eliminar toxinas del cuerpo, lo que puede ser beneficioso para la desintoxicación.


DIFERENCIAS
Tanto la sauna de infrarrojos como la tradicional son fuente de bienestar y salud para el usuario, no obstante, hay algunas diferencias entre este tipo de saunas:
Sistema y funcionamiento: En las saunas de infrarrojos el calor procede de las pantallas que emiten rayos infrarrojos, mientras que en las saunas tradicionales el calor se origina a través de una estufa de leña o un calefactor eléctrico que calienta piedras y estas desprenden y expanden un calor seco.
Diferente temperatura: Mientras que en la sauna de infrarrojos la temperatura no sobrepasa los 50Cº, en la sauna tradicional supera los 60ºC y puede llegar hasta los 120Cº, si el usuario así lo requiere.
Consumo energético: La sauna de infrarrojos tiene un consumo mucho menor que la sauna tradicional, ya que no requiere tanta potencia.